Cuando por razones de edad, económicas o de dependencia, o simplemente de mejora de calidad de vida, se necesita liquidez, como propietario de una vivienda habitual existen diferentes posibilidades de conseguirlo a través de la gestión de tu patrimonio inmobiliario.

No obstante, cada una de ellas tiene distintos e importantes matices que determinan su conveniencia. A continuación, os explicamos las diferente opciones que existen y en las que nuevo milenio inmobiliaria os puede ayudar.

Venta con alquiler vitalicio

Este sistema combina la posibilidad de conseguir la máxima liquidez posible del patrimonio inmobiliario, de forma inmediata y de una vez, con la opción de permanecer en su casa de por vida mediante un alquiler, con una renta ajustada y estable. En este caso, y a diferencia de la Renta Vitalicia o la Venta de la Nuda Propiedad, se producirá la venta a precio de mercado, cobrando la totalidad de ese precio en escrituras. Además el vendedor deja, como es obvio, de soportar los gastos típicos asociados a la propiedad (IBI, Comunidad). Como parte del acuerdo, se establecen las condiciones para el arrendamiento vitalicio, que se podrá formalizar ante notario e inscribir en el Registro de la Propiedad, para dar mayor garantía a ambas partes.

El propietario podrá seguir en la vivienda mientras lo estime oportuno, con una renta negociada y estable durante toda su vida, haciendo frente a sus obligaciones contractuales.

Este sistema permite obtener la máxima liquidez en el corto plazo, si se necesita o requiere, sin soportar intereses bancarios, respetando los derechos sucesorios y permitiendo que el propietario/vendedor siga viviendo en su hogar mientras lo estime oportuno. Asimismo permite que los herederos no tengan que sufragar parte de los costes que pueda suponer la dependencia de su familiar y que éste no tenga que abandonar, si así lo desea, lo que seguramente fue durante muchos años su hogar.

Para el comprador es una excelente opción de inversión inmobiliaria que permite comprar y alquilar en mercado, rentabilizando desde el minuto 1 y teniendo de inquilino al anterior propietario sin tener que actuar sobre la vivienda y con la tranquilidad que nadie mejor que su anterior dueño para cuidar la vivienda que ha sido suya durante años.