Cuando los chollos no son tan chollos


La crisis ha llevado a que los precios de los inmuebles bajen drásticamente, especialmente en el caso de pisos antiguos. Estas circunstancias han posibilitado que en el mercado aparezcan verdaderos chollos. Los pisos que se venden a precios más baratos generalmente son pisos antiguos, sin reformar, en zonas de menor demanda y con problemas asociados. En resumen, pisos que nos pueden salir más caros de lo que parece en un principio.

Uno de los problemas más frecuentes que se dan en estas viviendas es el de instalaciones obsoletas y defectuosas. En el caso de la luz, generalmente podemos encontrarnos con que las instalaciones no se adecuan a la normativa vigente, pudiendo ser necesario cambiar todo el cableado, colocar un cuadro nuevo y presentar un boletín. Para una vivienda de 80 m2, los precios pueden oscilar entre 2000-3000 euros.
Las tuberías también pueden dar problemas. Algunas casas antiguas siguen teniendo tuberías de plomo que pueden ser perjudiciales para la salud, por lo que sería conveniente sustituirlas por tuberías de otros materiales.

Las tuberías antiguas tienen más probabilidad de sufrir fisuras y provocar goteras, con lo que la necesidad de reparación será más frecuente que en una casa moderna.

Ventanas viejas que no aíslan del frío. Las ventanas antiguas pueden dar problemas al no cerrarse bien o no aislar del frío. Las ventanas de madera o de hierro pueden aumentar el gasto energético de su vivienda. Es mejor sustituirlas por ventanas de aluminio o PVC.

Otro problema común es el de las humedades. Generalmente vemos las humedades como una molestia estética, sin saber que las humedades son síntomas de problemas más graves. Para eliminarlas lo mejor es incorporar un aislante en la pared, sanear la zona. Las humedades pueden dar lugar a una proliferación de hongos y bacterias, por lo que es muy importante eliminarlas lo antes posible.

Al comprar casa hay que sumar el importe de las reparaciones esenciales al precio de la casa, pues esta será la cantidad a invertir realmente. Al final, los chollos pueden no ser tan chollos.

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